En el marco del 43º aniversario del inicio del conflicto bélico en el Atlántico Sur, el Gobierno argentino reafirmó este 2 de abril su histórica e inquebrantable reivindicación de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes. La conmemoración busca rendir homenaje a los veteranos que combatieron en defensa de la soberanía nacional.
A través de un comunicado oficial, la Oficina del Presidente de la Nación expresó el compromiso del Gobierno con esta causa, considerada una política de Estado transversal a lo largo de las décadas. En este sentido, el presidente Javier Milei firmó un decreto mediante el cual se otorga el rango de Subtenientes de Reserva a todos los Soldados Aspirantes a Oficiales de Reserva (AOR) que participaron en el conflicto de 1982.
La guerra de Malvinas
El 2 de abril de 1982, tropas argentinas desembarcaron en las Islas Malvinas, territorio ocupado ilegalmente por el Reino Unido. Lo que comenzó como una acción militar unilateral se transformó, en cuestión de días, en una guerra a gran escala en el Atlántico Sur. El conflicto duró 74 días y concluyó con la rendición argentina el 14 de junio de ese año, dejando un saldo de 649 militares argentinos muertos, más de 1.000 heridos y profundas consecuencias sociales y políticas.

En términos estratégicos, la derrota consolidó la presencia militar británica en las islas, con el posterior refuerzo de la base de Mount Pleasant y un endurecimiento de la posición del Reino Unido, que hasta entonces se había mostrado más flexible a entablar negociaciones bilaterales. Internamente, la guerra aceleró el colapso de la dictadura y abrió paso a la recuperación democrática en 1983, con el regreso del orden constitucional.
Una causa histórica, una política de Estado
Desde el retorno de la democracia, todos los gobiernos constitucionales han mantenido el reclamo de soberanía como política de Estado, reafirmando la voluntad de resolver la disputa de manera pacífica, diplomática y conforme al derecho internacional. La Resolución 2065 (XX) de la ONU, aprobada en 1965, reconoció la existencia de una disputa de soberanía y llamó a las partes a dialogar. Sin embargo, el Reino Unido ha rechazado reiteradamente sentarse a negociar, invocando el principio de autodeterminación de los isleños, mientras Argentina sostiene que este principio no se aplica en este caso debido a la condición colonial del territorio.
Durante las últimas décadas, el país ha trabajado en consolidar apoyos regionales e internacionales en organismos como la CELAC, el G77+China y la OEA, además de realizar presentaciones ante la ONU y otras instancias multilaterales. Las campañas de difusión, la inclusión de la causa en la currícula educativa y el trabajo de organismos como la Secretaría de Malvinas del Ministerio de Relaciones Exteriores han sido parte de ese esfuerzo sostenido.

Sin embargo, la actual gestión pone el acento en que el reclamo debe ir más allá de los discursos. “El legítimo reclamo de soberanía debe sustentarse con acciones concretas”, indica el comunicado presidencial.
No obstante, el plano simbólico contrasta de manera notable con la limitada —y en ocasiones inexistente— actividad diplomática desplegada en los organismos internacionales durante esta administración en relación con la cuestión de las Islas Malvinas. Aunque el discurso oficial insiste en la “inclaudicable defensa de la soberanía”, en el año y medio transcurrido desde el inicio de su gestión, el Gobierno ha reducido de manera significativa las iniciativas diplomáticas vinculadas a la soberanía y los derechos marítimos. En su lugar, ha priorizado una política exterior orientada hacia alineamientos ideológicos y comerciales con países anglosajones, evitando condenar las acciones unilaterales del Reino Unido en las Islas, incluyendo la constante militarización y la explotación de sus recursos económicos.
Un nuevo aniversario que interpela al presente
El 2 de abril continúa siendo una fecha central en la memoria colectiva argentina, con actos oficiales, homenajes a los caídos y renovadas demandas de reconocimiento a los veteranos. Más allá de los posicionamientos coyunturales, la causa Malvinas trasciende gobiernos y continúa siendo una política de Estado respaldada por amplios consensos sociales, políticos y diplomáticos.
La conmemoración de esta jornada representa una oportunidad para reforzar el compromiso con una estrategia sostenida, firme y pacífica que mantenga vigente el reclamo de soberanía. La Argentina reafirma, una vez más, su legítimo derecho sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos correspondientes, y sostiene que la única solución posible al conflicto es el diálogo, tal como lo establece el derecho internacional.
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