Como parte de sus esfuerzos para detener el avance chino en el Indo-Pacífico, EE.UU. plantea una nueva estrategia de defensa priorizando la ‘segunda cadena de islas’. El país norteamericano ha demostrado, a través del viaje de su Secretario de Defensa, Pete Hegseth, su intención de reivindicar la presencia estadounidense en la región. China continúa ampliando su influencia en el Indo-Pacífico, mientras crecen las tensiones con aliados clave de Estados Unidos como Taiwán y Filipinas.
Hegseth y Wesley Simina, presidente de los Estados Federados de Micronesia, anunciaron el 27 de marzo que EE.UU. comenzará a planificar y construir proyectos clave de infraestructura en el estado de Yap, ubicado a aproximadamente 850 kilómetros de Guam. Se estima que las futuras inversiones del Departamento de Defensa de EE. UU. en Micronesia y Yap superarán los 2.000 millones de dólares. Cabe recalcar que, en virtud de los acuerdos de Libre Asociación con Micronesia, Palaos y las Islas Marshall, Estados Unidos goza de acceso exclusivo a las rutas terrestres, marítimas y aéreas de estas naciones insulares.
Panorama geoestratégico en el Indo-Pacífico
La región concentra tres de las principales economías globales (China, India y Japón) y es atravesada por rutas marítimas estratégicas que conectan Medio Oriente, África y el Este Asiático con Europa y Estados Unidos. Por estas vías circula la mayor parte del comercio internacional de petróleo por mar, así como cerca de un tercio del comercio global total. En ellas se encuentran puntos de paso clave que, en caso de ser bloqueados, podrían provocar una parálisis de la economía mundial.
La estrategia que China despliega en el Indo-Pacífico integra dimensiones económicas, diplomáticas y militares, operando de manera coordinada tanto en el ámbito regional como en el escenario internacional. Este escenario, en conjunto con lineamientos de política exterior más severos con respecto a Pekín por parte de la administración Biden, se reviste de importancia a la hora de analizar actuales y próximos conflictos por el dominio de la zona.

EE.UU. avanza en la consolidación de alianzas regionales
Ante lo expuesto, la visita de Hegseth al continente asiático no resulta un hecho menor. El mandatario dedicó cuatro días a reunirse con autoridades locales en Guam, Filipinas y Japón, donde enfatizó el concepto de fortalecer la seguridad regional en detrimento del avance chino. Hegseth abogó por la cooperación militar y aseguró el apoyo de Estados Unidos ante las “amenazas de la China comunista”. Lo cierto es que el gobierno de Trump busca diferenciarse de la postura de su antecesor, buscando implementar medidas disuasorias para contrarrestar el poderío de China.

El posicionamiento de China como objetivo prioritario en materia de defensa nacional de Washington está respaldado por recientes reportes de inteligencia de EE.UU. En los mismos, se desglosa la creciente capacidad militar del país asiático, así como sus intereses antagónicos con respecto a Estados Unidos. De igual manera, informes confidenciales del Pentágono filtrados poco tiempo atrás sugieren un cambio de paradigma a comparación de los parámetros de defensa de Biden, adoptando un enfoque de “defensa de negación” en lugar de priorizar alianzas multilaterales.
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