A 43 años de la guerra, la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas permanece bajo el histórico reclamo diplomático. Según los registros oficiales, las primeras protestas diplomáticas a Reino Unido se efectuaron en 1833. El reclamo, basado en múltiples recursos de derecho internacional público, pone de manifiesto la incansable voluntad de la Argentina por recuperar el control de las Islas. Tras el conflicto armado de 1982, recordamos los esfuerzos históricos por solucionar la disputa a través de la vía diplomática, y cuáles son las bases jurídicas de la demanda.

Malvinas, argentinas

Tal como se mencionó anteriormente, las protestas argentinas para reafirmar la soberanía sobre las Islas, comenzaron inmediatamente después de la ocupación británica, en 1833. En aquel momento, fue Manuel Moreno quien se cargó al hombro la búsqueda de una solución pacífica ante la usurpación de los territorios en cuestión. El hermano de Mariano Moreno presentó de manera contundente los fundamentos históricos y jurídicos que respaldan los derechos de Argentina sobre las Islas Malvinas ante distintos representantes del Ministerio de Relaciones Exteriores del Reino Unido en los años 1833, 1834, 1841 y 1849. Los intentos del político y periodista se desarrollaron sin éxito.

Durante la primera mitad del siglo XX, los gobiernos argentinos consolidaron la práctica de presentar protestas diplomáticas al Reino Unido y ante organismos internacionales cada vez que se desconocía su soberanía sobre las Malvinas. En este período, además, la disputa se amplió a otros territorios del Atlántico Sur y zonas antárticas, donde también comenzaron a intervenir otros países. En 1908, el Reino Unido incorporó territorios como las Islas Georgias del Sur, Orcadas del Sur, Shetland del Sur, Sandwich del Sur y la región antártica conocida como Tierra de Graham como dependencias de la colonia de las Islas Malvinas.

La cuestión Malvinas: la demanda llega a los foros internacionales

​Entre 1945 y 1965, Argentina intensificó su reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas en el ámbito internacional. Durante la Conferencia de San Francisco de 1945, la delegación argentina presentó una reserva para proteger sus derechos sobre territorios en disputa, evitando que fueran incluidos en sistemas de fideicomiso. En 1946, cuando el Reino Unido inscribió a las Malvinas como territorio no autónomo en la ONU, Argentina reiteró su protesta, subrayando que dicha inscripción no afectaba sus derechos soberanos.

A lo largo de estos años, Argentina mantuvo una postura constante en la ONU, formulando reservas y afirmando sus derechos sobre las islas. Un hito clave fue el “Alegato Ruda” de 1964, donde el embajador José María Ruda expuso detalladamente los fundamentos históricos y jurídicos del reclamo argentino ante el Comité Especial de Descolonización. Este alegato condujo a la Resolución 2065 (XX) de la Asamblea General de la ONU en 1965, que reconoció la existencia de una disputa de soberanía entre Argentina y el Reino Unido, instando a ambas naciones a negociar pacíficamente, considerando los intereses de los habitantes de las islas.

Embajador de Argentina ante las Naciones Unidas, José María Ruda. Créditos: DEF

Argentina y Reino Unido continúan conversaciones bilaterales

Tras la adopción de la Resolución 2065 (XX), ambos países iniciaron negociaciones bilaterales en 1966. La primera ronda se llevó a cabo en Londres en julio de ese año, donde se acordó continuar las conversaciones para encontrar una solución pacífica al conflicto. A partir de 1966, y hasta el estallido de la guerra en 1982, Argentina implementó medidas para mejorar las comunicaciones y el bienestar de los habitantes de las islas, esfuerzos reconocidos por el Reino Unido.

Sin embargo, el objetivo principal del país seguía siendo claro: la recuperación de la soberanía. A pesar de las múltiples rondas de negociaciones y de resoluciones adicionales de la ONU, como la 3160 (XXVIII) en 1973 y la 31/49 en 1976, que instaban a las partes a acelerar las negociaciones y abstenerse de acciones unilaterales, no se logró un acuerdo definitivo.

Guerra de Malvinas y política exterior de los primeros gobiernos democráticos de la posguerra

Tras el conflicto de 1982, la disputa de soberanía entre Argentina y el Reino Unido por las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes permaneció sin resolver. En septiembre de 1982, la Asamblea General de la ONU aprobó la Resolución 37/9, instando a ambas naciones a reanudar negociaciones para encontrar una solución pacífica, considerando los intereses de los habitantes de las islas.

En 1985, la Resolución 40/21 volvió a exhortar a ambas partes a resolver la controversia mediante negociaciones, rechazando enmiendas británicas que buscaban introducir el principio de autodeterminación, considerado inaplicable al caso Malvinas. A pesar de estos llamados internacionales, el Reino Unido continuó negándose a retomar las conversaciones sobre soberanía interrumpidas en febrero de 1982. ​

Eterno reclamo: Argentina y su lucha por las Malvinas en el siglo XXI

Entre 1989 y 2023, Argentina mantuvo su reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, reafirmando su compromiso con una solución pacífica. A partir de 1989, se estableció una fórmula para reanudar el diálogo bilateral con el Reino Unido, sin que ello implicara renuncias a sus respectivas posiciones de soberanía. En ese marco se firmaron acuerdos de cooperación en pesca, transporte y conservación de recursos. Sin embargo, la negativa británica a discutir la cuestión de fondo persistió.

En 1994, la reforma constitucional argentina incorporó la Cuestión Malvinas como causa nacional, estableciendo el reclamo soberano como objetivo permanente. Durante el siglo XXI, el Reino Unido intensificó su presencia militar en las islas y promovió actividades unilaterales como licencias de pesca e hidrocarburos, lo que generó protestas diplomáticas por parte de Argentina. Argentina mantuvo su presencia activa en foros internacionales, obteniendo un respaldo constante de organismos multilaterales y países de América Latina, el Caribe y otras regiones.

Monumento a los Veteranos y caidos de Malvinas – El Condor. Créditos: Observatorio Malvinas Argentinas

¿En qué se basa el reclamo argentino sobre las Malvinas?

En primera instancia, Argentina encuentra respaldo en el principio “uti possidetis juris”, postulado del derecho internacional consuetudinario. Este principio avala que, al momento de la independencia, el nuevo Estado conserva las fronteras y territorios que tenía como colonia o unidad administrativa bajo el dominio colonial. En este sentido, tras independizarse de España, Argentina “hereda” los territorios insulares del Atlántico Sur ocupados por las autoridades españolas del Virreinato del Río de la Plata a partir del año 1765.

Desde 1833, Argentina ha mantenido de manera ininterrumpida su reclamo por las islas a través de notas diplomáticas, protestas formales y declaraciones ante organismos internacionales, lo cual refuerza la continuidad y vigencia del reclamo soberano. Además, la ya mencionada resolución 2065 (XX) de la Asamblea General de la ONU reconoce la existencia de una disputa de soberanía entre Argentina y el Reino Unido, e insta a ambos países a entablar negociaciones bilaterales para encontrar una solución pacífica.

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