El Ejército de Corea del Sur efectuó disparos de advertencia luego de que un grupo de aproximadamente diez soldados norcoreanos cruzara el límite de la Zona Desmilitarizada (DMZ), según confirmaron autoridades militares del sur el lunes por la tarde. El hecho ocurrió cerca de las 17 horas (hora local), cuando las fuerzas armadas surcoreanas detectaron el cruce no autorizado en las inmediaciones de la Línea de Demarcación Militar.
Tras advertencias a través de altavoces y el uso de fuego de advertencia, los soldados del Norte regresaron a su territorio sin que se reportaran enfrentamientos directos ni víctimas. A pesar del desenlace sin consecuencias fatales, las autoridades de Seúl calificaron el incidente como una “provocación grave” y mantienen un estado de alta vigilancia operacional.
Un nuevo pico de tensión en un contexto político volátil
El episodio se inscribe en un contexto de creciente tensión militar y vacío político interno en Corea del Sur, a raíz de la destitución del presidente Yoon Suk Yeol la semana pasada. Yoon fue removido tras decretar la ley marcial frente a masivas protestas sociales, una medida que generó fuerte rechazo tanto a nivel nacional como internacional. Este escenario ha debilitado la conducción política en Seúl y complejiza la ya precaria situación de seguridad en la región.

Mientras tanto, Corea del Norte ha intensificado su actividad militar, realizando nuevas pruebas de armamento y manteniendo una actitud desafiante frente a los intentos diplomáticos de la Casa Blanca. El presidente estadounidense Donald Trump, en funciones desde enero, ha manifestado su voluntad de reanudar el diálogo con el líder norcoreano Kim Jong Un. Sin embargo, Pyongyang ha evitado responder formalmente y ha acusado a Washington de sostener políticas hostiles, a pesar del cambio de administración.
La DMZ: una frontera tan simbólica como peligrosa
La Zona Desmilitarizada que divide a ambas Coreas se extiende a lo largo de 248 kilómetros y tiene un ancho de cuatro. Creada en el marco del armisticio de 1953 —que puso fin a las hostilidades sin un tratado de paz definitivo—, es una de las fronteras más fuertemente militarizadas del mundo. Está equipada con alambres de púas, campos minados, trampas para tanques y presencia constante de unidades de combate.

Aunque este tipo de incursiones ha sucedido anteriormente —como en junio de 2024, cuando también se efectuaron disparos de advertencia—, la mayoría han sido evaluadas como movimientos accidentales. El denso follaje, la escasa visibilidad y la falta de señalización clara en ciertas áreas podrían explicar estos cruces no intencionados. En algunos casos, los soldados norcoreanos han sido observados transportando herramientas de construcción, lo que refuerza la hipótesis de una infracción involuntaria.
Pese a la falta de claridad sobre las intenciones del régimen de Kim Jong Un, analistas surcoreanos no descartan que el hecho haya sido una prueba deliberada para medir los tiempos de respuesta del sur. En tanto, desde el Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur se afirmó que las tropas están “observando de cerca el estado del Ejército norcoreano y adoptando las medidas necesarias para ajustar su estrategia”.
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