En medio de la expectativa por el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que será confirmado el día viernes, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) confirmó la renovación por un año del tramo activado del swap de monedas con el Banco Popular de China por el equivalente a 5.000 millones de dólares (35 mil millones de yuanes).

Según explicó la autoridad monetaria, la extensión del acuerdo permite al BCRA reducir riesgos durante la transición hacia un régimen monetario y cambiario más consistente.
Un momento frágil a nivel internacional
La renovación del swap ocurre en plena guerra comercial entre Estados Unidos y China, un telón de fondo que suma complejidad a las negociaciones financieras de Argentina, donde Washington ha manifestado su incomodidad con el vínculo entre Buenos Aires y Pekín.

En respuesta, el Ministerio de Relaciones Exteriores chino defendió públicamente el acuerdo, al afirmar que “contribuye a la estabilidad económica y financiera de Argentina” y pidió a Estados Unidos “cambiar su perspectiva” sobre el desarrollo en América Latina y el Caribe, evidenciando que la disputa hegemónica entre ambas potencias impacta directamente en las decisiones financieras del gobierno argentino.
¿Qué es el swap de monedas con China y como funciona?
El swap es un acuerdo de intercambio de monedas entre bancos centrales que permite al BCRA contar con yuanes registrados tanto en el activo como en el pasivo de su balance, es decir, que no forman parte de las reservas netas disponibles, buscando facilitar el comercio bilateral y otorgar una fuente adicional de financiamiento.
Desde su creación en 2009 durante el primer mandato de Cristina Fernández de Kirchner, el swap con China ha sido ampliado y renovado sucesivamente por las administraciones de Mauricio Macri y Alberto Fernández, donde en 2020 el monto total del acuerdo se elevó a unos 18.500 millones de dólares, pero no obstante, solo una parte puede ser “activada” y utilizada como disponibilidad efectiva previa negociación con el banco central chino.

Aun así, las condiciones del FMI colisionan con la existencia del swap
Uno de los aspectos más sensibles del acuerdo con el FMI es qué postura adoptará el organismo respecto al swap con China, donde la “letra chica” del Staff Level Agreement (SLA), aún no publicada, podría incluir condicionalidades vinculadas a este acuerdo bilateral, ya sea exigiendo su cancelación o renegociación.

Esa posibilidad preocupa en un escenario donde el riesgo país supera los 1.000 puntos básicos —lejos del objetivo oficial de 400 puntos— y donde los márgenes de maniobra financiera son cada vez más estrechos, ya que la inclusión de una cláusula restrictiva en el acuerdo con el FMI podría generar tensiones adicionales en la relación entre la administración libertaria y el gigante asiático.
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