Según recientes declaraciones de funcionarios europeos, sólo seis países del continente están dispuestos a desplegar tropas en Ucrania para mantener el orden, en caso de alcanzar un alto el fuego con Rusia. Si bien la cifra de aliados capaces de enviar tropas a Kiev era inicialmente más alta, solo el Reino Unido, Francia y los países bálticos podrían comprometerse.
El resto de los países del continente europeo consideran necesario tener un plan detallado de su accionar en Ucrania antes de enviar tropas “por si acaso”. El intercambio de posturas fue llevado a cabo el pasado 10 de abril en una reunión en Bruselas, liderada por el Reino Unido y Francia -impulsores de esta propuesta de “fuerza de seguridad” para Ucrania-.

Las dudas y certezas de los funcionarios europeos
El objetivo central de esta fuerza de seguridad sería operar como tropas de mantenimiento de paz, aunque no existen mayores detalles sobre la misión. Las incógnitas postuladas por el ministro holandés de Defensa, Ruben Brekelmans, engloban la postura dubitativa del resto de los aliados: “¿Cuál es el mandato? ¿Qué haríamos en los distintos escenarios, por ejemplo, si se produjera una escalada con respecto a Rusia?”, afirmó al respecto.

Para Brekelmans, los aliados “deben definir claramente juntos cuál es el papel exacto del compromiso europeo”. Situación similar ocurre con la presencia de Estados Unidos, que para el titular de Defensa holandés es “importante tenerlo a bordo” porque “desempeña un papel clave en las negociaciones y en la seguridad europea”.
Comentarios similares arrojó el ministro de Defensa de Lituania, Dovile Sakaliene, quien declaró al periódico Kyiv Independent que el plan se encuentra en una fase de “intensos” debates y planificación políticos y militares. Como su homólogo holandés, Sakaliene considera que Estados Unidos tiene que mantener el alto el fuego porque “si se logra, Rusia nunca ha mantenido ningún acuerdo”.
El incierto apoyo de Estados Unidos
Si bien el plan de despliegue de tropas es aún inconcluso, se ha pedido que los miembros que no estén dispuestos a comprometer sus tropas puedan proporcionar otro tipo de apoyo, como inteligencia o armamento. Sin embargo, Europa lucha con la idea de que el Estados Unidos de Donald Trump no tiene pensado siquiera participar en la planificación de esta fuerza de seguridad.

Ciertamente, Trump ha señalado su intención de reducir la presencia militar estadounidense de Europa y ha descartado también el envío de tropas para este fin. Sin dudas es un obstáculo importante para los aliados ya a bordo del plan, considerando que esperan que Estados Unidos juegue un rol clave en el mantenimiento de la paz eventual en Ucrania.
Además, Trump ha dejado en claro que Europa tiene que participar mucho más económicamente en su propia defensa, dejando de lado la dependencia de Estados Unidos. Por ello, el líder de la Casa Blanca evita, en gran parte, sumarse a estos intentos de “fuerza de seguridad” en Ucrania y continúa aunando esfuerzos para negociar con Putin y Zelenski el alto el fuego, aunque por el momento se mantiene en pausa.
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