En el contexto de aumento de tensiones entre China y Taiwán, Estados Unidos contempla un escenario de ataque a Taipéi como una posibilidad. Recientemente, fuerzas especiales del ejército de EE.UU. llevaron adelante ejercicios militares simulando un combate dentro de una potencial invasión china hacia Taiwán. Durante este ejercicio inmersivo, las fuerzas estadounidenses demostraron el uso de nuevas funcionalidades, incluyendo drones y otros sistemas no tripulados.
“La mayor amenaza que enfrentamos”
Consultado acerca de los ejercicios, el teniente general Jonathan Braga, comandante del Comando de Operaciones Especiales del Ejército de EE. UU. (USASOC), fue terminante con respecto a su apreciación sobre una invasión a Taiwán. Braga afirmó que, si bien no es un hecho inminente, la invasión es la mayor amenaza que EE.UU. enfrenta en la actualidad.
Las fuerzas especiales estadounidenses atraviesan un periodo de transición. Tras décadas enfocadas en operaciones de contraterrorismo y contrainsurgencia, están reorientando su preparación, al igual que el resto del ejército, hacia la competencia entre grandes potencias y la posibilidad de un conflicto con adversarios de primer nivel.

Líderes de estas unidades han señalado que este cambio exige que los operadores desarrollen nuevas habilidades, lo que influirá en la forma en que apoyan tanto a las fuerzas convencionales como en escenarios de guerra irregular. En muchos aspectos, esta transformación implica un retorno a roles y tácticas similares a los de la Guerra Fría.
China insiste en controlar Taiwán
Según la edición 2024 del informe anual del Departamento de Defensa de EE. UU. al Congreso sobre los desarrollos militares y de seguridad relacionados con la República Popular China (RPC), aunque Pekín reafirma que su opción preferida es la “reunificación pacífica”, nunca ha descartado el uso de la fuerza y continúa demostrando su disposición a recurrir a medios militares contra Taiwán.

El Ejército Popular de Liberación (EPL) cuenta con múltiples capacidades que le permitirían aplicar presión sobre Taipéi, incluyendo acciones coercitivas que abarcan distintos dominios. Por ejemplo, China podría señalar su disposición a usar la fuerza o emprender acciones punitivas contra Taiwán. Estas podrían incluir campañas cibernéticas, bloqueos o ataques cinéticos (físicos) con el objetivo de forzar la rendición de la isla o presionar a sus líderes para negociar en términos favorables a Pekín.
En un escenario de crisis, China buscaría primero disuadir a Estados Unidos de intervenir. Si esto fracasa, intentaría retrasar o neutralizar una intervención estadounidense mediante un conflicto de corta duración, limitado, que posiblemente incluiría operaciones en los dominios espacial y cibernético, como guerra electrónica, ataques a redes e información operativa (IO).
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