Desde mediados de marzo, Moscú ha registrado un incremento sustancial en el número de personas que deciden firmar contratos con el Ministerio de Defensa de la Federación Rusa.

Durante los primeros diez días de abril, casi mil personas formalizaron su incorporación al ejército a través del principal centro de reclutamiento de la capital, duplicando los registros de marzo y superando ampliamente los de enero y febrero, ya que, solo entre el 1 y el 10 de abril, se firmaron 993 contratos, frente a los 499 de marzo, 503 de febrero y 341 de enero.

El fenómeno, según reportes de Verstka basados en datos del Punto de Selección Unificado, responde a una combinación de factores: la intensificación del conflicto con Ucrania, el despliegue de campañas de propaganda patriótica, y la motivación económica de los potenciales reclutas. Foto: Alexey Malgavko/Reuters.

Propaganda como herramienta clave de captación

El gobierno de Moscú ha decidido intensificar sus esfuerzos de propaganda para atraer más voluntarios, sin recurrir a un incremento de incentivos económicos.

Según fuentes de la alcaldía citadas por Verstka, se han retomado las campañas callejeras, los folletos y las pancartas en barrios clave de la ciudad, tras una pausa a finales de 2024.

Además, se han habilitado nuevos puestos de reclutamiento en estaciones del metro como Lyublino, Savyolovskaya, Rimskaya, Kuzminki y Belorusskaya Koltsevaya, que operan durante la hora pico matutina.

La narrativa patriótica se ha vuelto central en este nuevo ciclo de captación, ya que desde la administración municipal se sostiene que los presupuestos no permiten mejorar los pagos actuales, por lo que el estímulo emocional y nacionalista se convierte en el principal mecanismo de persuasión.

Factores de motivación y contexto de guerra

El repunte en el interés por incorporarse a las Fuerzas Armadas coincide con informes sobre avances militares rusos en la región de Kursk y con un creciente número de contenidos propagandísticos que circulan tanto en medios oficiales como en redes sociales.

En Telegram, por ejemplo, la frase “reclutamiento para un contrato SVO” (acrónimo para “operación militar especial”) fue mencionada más de 21.000 veces en marzo, con un récord de 1.855 publicaciones en un solo día. Foto: Artem Pryakhin/SOPA Images vía Reuters Connect.

Junto con la propaganda, también incide el entorno social de los voluntarios: muchos reportan tener familiares o amigos que ya han participado en el frente, resultado heridos o muertos, este entorno, según los reclutadores, genera un efecto de arrastre emocional que potencia la decisión de enrolarse.

Uno de los entrevistados por Verstka lo resumió de forma cruda: “Todos están allí. Mi hermano murió. Mi cuñado volvió herido. Yo también debo ir”, una declaración que se repite con frecuencia entre los nuevos contratistas.

Incentivos económicos y percepción de oportunidad

Más allá de los discursos patrióticos, el principal incentivo parece seguir siendo económico. La mayoría de los reclutas potenciales gana menos de 100.000 rublos mensuales, con un gran número que apenas alcanza los 50.000.

La oferta de un contrato con el Ministerio de Defensa incluye pagos iniciales de hasta 400.000 rublos, sueldos mensuales de 210.000 rublos y bonificaciones adicionales, lo que puede representar ingresos de hasta 600.000 rublos por mes en operaciones activas. Foto: Reuters.

Esta percepción de oportunidad ha generado incluso una especie de urgencia entre algunos voluntarios, que buscan “subirse al último tren” antes de un eventual anuncio de tregua que limite las posibilidades de obtener estas compensaciones.

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Redacción
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