El Ministerio de Defensa de Rusia declaró que el reciente ataque con misiles balísticos en la ciudad de Sumy, Ucrania, tenía como objetivo una reunión de comandantes militares ucranianos, negando que se tratara de un ataque contra civiles. Sin embargo, las autoridades ucranianas informaron que el ataque, ocurrido durante las celebraciones del Domingo de Ramos, causó la muerte de al menos 34 personas, incluidos dos niños, y dejó más de 117 heridos.

Este incidente fue calificado como uno de los más mortíferos en Ucrania desde 2023. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, calificó el bombardeo como un “acto deliberado de terror” y extendió una invitación al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para que visite Ucrania y observe de primera mano la destrucción causada por la agresión rusa.
Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, reiteró que el Ejército ruso solo ataca objetivos militares y acusó a Kiev de ubicar instalaciones militares en zonas pobladas, utilizando a civiles como escudos humanos. Peskov también enfatizó que, según la ley rusa, solo se considera oficial la información proporcionada por el Ministerio de Defensa.
Piden más presión para Rusia y asistencia a Ucrania
Como una respuesta generalizada a nivel internacional, la Unión Europea calificó el bombardeo de crimen de guerra y realizó un llamado a los aliados de Ucrania a aumentar la presión sobre Rusia, incluyendo más sanciones y apoyo militar a las Fuerzas de Defensa ucranianas.

Lo cierto es que este ataque en Sumy se suma a una serie de ofensivas rusas. A principios de abril, un ataque en Krivói Rog, ciudad natal de Zelenski, resultó en la muerte de al menos 18 personas, incluidos nueve niños. Estos eventos intensifican las tensiones en la región e impulsaron a un llamado internacional para reforzar el suministro de armas a Ucrania y aumentar la presión sobre Rusia.
Te puede interesar: Reino Unido podría desplegar tropas en Ucrania por cinco años