En una nueva demostración de fuerza destinada a enviar un mensaje disuasorio al régimen norcoreano, Estados Unidos desplegó bombarderos estratégicos B-1 Lancer en la península de Corea para participar en ejercicios aéreos conjuntos con Corea del Sur. El entrenamiento, llevado a cabo el martes, coincide con un momento particularmente sensible: el aniversario del nacimiento del fundador norcoreano Kim Il Sung, efeméride que suele estar cargada de simbolismo político y militar para Corea del Norte.
El Ministerio de Defensa surcoreano informó que el objetivo del ejercicio fue reforzar la capacidad de disuasión extendida integrada entre Seúl y Washington, así como fortalecer la interoperabilidad entre ambas fuerzas en respuesta a las amenazas persistentes que representa el programa nuclear y de misiles de Corea del Norte, cada vez más sofisticado y agresivo.

Además de los B-1 estadounidenses, participaron cazas F-35A y F-16 de la Fuerza Aérea surcoreana, así como F-16 norteamericanos. Si bien las autoridades no especificaron cuántos bombarderos fueron desplegados, imágenes difundidas por el Ministerio de Defensa mostraron al menos dos B-1 volando en formación.
Una estrategia de presión creciente bajo el segundo mandato de Trump
Esta es la segunda vez que Washington despliega B-1 en la región desde el regreso de Donald Trump a la presidencia en enero de este año. El mandatario ha retomado una política exterior caracterizada por gestos militares de alto impacto y declaraciones que oscilan entre la confrontación y el acercamiento estratégico, en un delicado equilibrio diplomático que ha generado controversia tanto en Washington como en los países aliados del Pacífico.
En respuesta a estos movimientos, el Ministerio de Defensa de Corea del Norte denunció las maniobras como una provocación, acusando a EE.UU. y sus “fuerzas vasallas” de exacerbar un entorno de seguridad ya crítico. La retórica norcoreana fue acompañada por el lanzamiento de misiles de crucero estratégicos, en lo que el régimen definió como una “demostración de capacidad disuasoria nuclear”.

A pesar de esta escalada, Trump sugirió recientemente que podría reactivarse el canal diplomático con Kim Jong Un. “Tengo una muy buena relación con él”, declaró el presidente desde el Salón Oval. Sin embargo, la retórica norcoreana sigue siendo desafiante. Kim Yo Jong, hermana del líder norcoreano y figura clave del régimen, calificó como “ilusoria” e “insensata” la exigencia de EE.UU. de una desnuclearización completa de la península.
Alarma por el fortalecimiento del eje Moscú-Pyongyang
Las tensiones en la región se ven amplificadas por la creciente cooperación militar entre Corea del Norte y Rusia. Según denunció el general Xavier Brunson, comandante de las Fuerzas Armadas de EE.UU. en Corea, Pyongyang ha enviado tropas, misiles y municiones a Moscú para apoyar la guerra en Ucrania. A cambio, estaría recibiendo tecnología nuclear, de misiles y espacial.

Brunson advirtió ante el Comité de Servicios Armados del Senado que este intercambio podría acelerar el desarrollo de armas de destrucción masiva por parte de Corea del Norte en un plazo de tres a cinco años. Asimismo, calificó como “problemática” cualquier reducción del contingente militar estadounidense en la península coreana, dado el contexto de creciente inestabilidad.
Mientras tanto, Washington, Tokio y Seúl reafirmaron su postura conjunta a favor de una desnuclearización completa del Norte, reafirmando su alianza frente a los desafíos que plantea tanto Corea del Norte como la expansión estratégica de Rusia en Asia.
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