Según declaraciones de Ucrania, Rusia está utilizando gases químicos en el campo de batalla contra soldados de Kiev. El Mando de Protección Radiológica, Química y Biológica de las Fuerzas de Apoyo, una rama del ejército de Ucrania, confirmó que las tropas rusas están utilizando agentes químicos prohibidos.
Aunque aún no es posible identificar la mayor parte del gas utilizado, el equipo ucraniano especializado ha logrado comparar el ambiente con meses anteriores. Según el coronel ucraniano Artem Vlasiuk, de los 323 casos registrados de ataques químicos rusos en octubre, casi todos (salvo 15 incidentes) fueron “no identificados”.
Frente a este contexto, Ucrania considera que no cuenta con la tecnología sofisticada y necesaria para identificar el tipo de gas. Es preciso el uso de detectores de alta gama, que cuestan entre 100.000 y 600.000 dólares cada uno, para distinguir mejor qué es exactamente lo que utilizan las tropas rusas.
La problemática del uso de gases en la guerra ruso-ucraniana
Actualmente, el ejército ucraniano considera que el número de detectores es insuficiente, lo que genera incertidumbre en el frente de batalla. Principalmente, debido a que los drones rusos lanzan granadas de gas contra las trincheras, obligando a soldados ucranianos a salir a campo abierto.
Desde el comienzo de la guerra, Kiev registró más de 4.600 casos de ataques con gas ruso, y hasta ahora solo se han podido conocer los gases CS y lacrimógeno CS, así como amoníaco y cloropicrina. “Podemos detectar CS, pero si el enemigo utiliza otra cosa más compleja, más nueva, o una mezcla de composición similar pero no CS, no podemos identificarla”, puntualizó Vlasiuk, quien considera que así es difícil presentar pruebas a los aliados occidentales y a la OPAQ.
Cabe recordar que el uso de agentes químicos (incluido el gas lacrimógeno aunque no sea letal) está prohibido en el campo de batalla, ya que se torna una violación de la Convención sobre Armas Químicas de 1993. Este tratado de desarme que se creó después de la Guerra Fría, mantiene un control sobre el uso y la proliferación de las armas químicas en la guerra a través de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), organismo de control de Naciones Unidas.
No solo es importante identificar el tipo de gases para presentarlo frente a las comisiones internacionales responsables, sino también para tratar mejor los síntomas de aquellos soldados afectados. Según las Fuerzas de Apoyo, al menos tres soldados murieron y casi 2.100 soldados buscaron atención médica tras incidentes con gases. En octubre, por ejemplo, cinco soldados sufrieron síntomas leves por un ataque con gas en Kursk pero el equipo de inspección no pudo llegar hasta allí para reunir pruebas que lo confirmaran.
Pese a todo, Rusia no se ha responsabilizado por el uso de armas químicas, ni tampoco la OPAQ ha confirmado la utilización de estas armas. Estados Unidos y el Reino Unido sí lograron confirmar el despliegue de las mismas, imponiendo sanciones a las tropas rusas de defensa radiológica, química y biológica, a su jefe, a los centros científicos del Ministerio de Defensa ruso y a las empresas implicadas.
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